Ejecutar el plan de evaluación y continuar monitorizando el sistema en el tiempo identificando carencias o mejoras para incrementar paulatinamente la calidad del sistema de información de la empresa.
Para evaluar si la migración ha tenido éxito, podemos valorar los siguientes puntos:
¿Se ha migrado el Sistema Operativo de manera satisfactoria?
Es decir, el nuevo sistema operativo funciona, da al menos los mismos servicios que el sistema anterior, y además lo hace de forma correcta. En caso de detectarse algún error en alguno de estos puntos, debemos revisar qué ha fallado en la migración.
Evidentemente, habrá casos en los que técnicamente no ha podido darse la migración del sistema, debido, generalmente a problemas con aplicaciones que sólo funcionen en el sistema anterior a la migración y que no puedan hacerse funcionar con los emuladores y las máquinas virtuales, como ya comentamos recientemente.
¿Se han migrado las aplicaciones?
Se tiene que valorar si se utilizan las mismas aplicaciones o alguna de sus alternativas, si no hay limitación de características por usar software libre, es decir, que al menos las aplicaciones ofrezcan la misma (o parecida) funcionalidad a las que se utilizaban anteriormente. En caso de que la aplicación cumpla con este requisito, se puede considerar un éxito.
Desafortunadamente, existen multitud de aplicaciones propietarias o desarrolladas por las mismas empresas que no van a poder ser migradas al nuevo sistema. Para ello tendremos que adaptar el software al nuevo sistema, o adaptar el sistema al software (como en el punto anterior, hay que realizar pruebas con emuladores y virtualizadores).
¿Se han adaptado los usuarios?
¿Cómo trabajan los usuarios? ¿En qué medida han mejorado/disminuido su productividad? Este es un punto clave, ya que pese a que normalmente la productividad decaiga inicialmente, esta variable debe estudiarse a más largo plazo. Como siempre, no sólo dependerá de lo fácil que sea la transición al nuevo software, sino también de la predisposición al cambio que los empleados tengan.
¿Se ha mejorado con el cambio?
Hay que valorar también si el cambio ha mejorado en algún aspecto respecto al anterior sistema, es decir, si ahora se pueden ofrecer servicios que antes no se podía o aplicaciones a las que no se podía acceder. Generalmente, los administradores de servicios ganarán con el cambio, ya que el sistema de acceso remoto y administración de un sistema GNU/Linux es mucho más potente y flexible que uno en un entorno Microsoft Windows. Los costes de mantenimiento se reducen, los costes de licencia también, e incluso los costes de actualización del hardware.
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