OpenSource es un término que surgió a finales de la década de los 90, y que evita la ambigüedad (o al menos lo intenta) del término free software. Como veremos a continuación, no siempre se consigue eliminar totalmente la ambigüedad, por lo que más adelante estudiaremos el término FOSS o FLOSS.
Cuando se creó el término OpenSource, se intentó darle un enfoque más empresarial, evitando el término free para que las empresas se sintieran cómodas utilizando el nuevo término. De hecho, el movimiento OpenSource intenta poner en la práctica (abandonando en parte las implicaciones éticas) aquello que hasta el momento se conocía como free software.
Aunque inicialmente el término también se utilizó para evitar la confusión provocada por la palabra inglesa free, se han tenido otros problemas con el concepto de código abierto. De hecho, hay software que se auto denomina de código abierto que realmente no lo es, ya que hacen una interpretación literal del concepto open source, pero no tienen en cuenta el decálogo que el movimiento open source sigue a rajatabla.
Este decálogo, que pasamos a ver a continuación, es una traducción práctica de las ideas y las implicaciones éticas detrás del software libre y, de hecho, son tratadas como normas a seguir para que un proyecto pueda ser considerado de código abierto.
Libre distribución
Evidentemente, para que un proyecto pueda ser considerado open source se debe permitir la libre distribución de ese software.
Código fuente accesible
Si el código está accesible, cualquiera puede estudiarlo y modificarlo libremente, de manera que pueda añadir mejoras.
Trabajos derivados
Además, permitiendo trabajos derivados conseguimos que el software pueda ser adaptado a las necesidades de cada persona.
Integridad del código fuente del autor
Protegiendo la integridad del código fuente, se consigue reconocer a los autores materiales de cada versión de código fuente, de manera que no se puedan apropiar de la propiedad intelectual de la realización de una parte determinada del software.
No discriminación de personas o grupos
Para conseguir que el software sea de libre distribución y acceso, se deben eliminar toda posible discriminación por cualquier motivo a cualquier grupo de persona. Es una libertad básica para permitir la libre distribución del software.
No discriminación de áreas de iniciativa
Además, no se debe restringir el software o partes de él a unos intereses particulares, de manera que otros grupos de personas no puedan acceder a él para poder modificarlo, distribuirlo o mejorarlo.
Distribución de la licencia
Evidentemente, la licencia debe permitir la distribución del software. Además todo el software debe estar acompañado de una licencia considerada open source por el OpenSource Institute, la organización encargada de validar y estudiar las distintas licencias para ver aquellas que mantienen las 4 libertades del software libre.
Licencia no específica
No hay una licencia específica que se deba utilizar para poder liberar el software open source, sino que se puede utilizar cualquier licencia validada por el OpenSource Institute o un conjunto de ellas, siempre que sean compatibles.
No restricción del software a otro software
El software, al ser libre, no debe limitar el uso o funcionamiento de cualquier otro software, limitando la libertad de este último. Es muy común encontrar dentro del software privativo cláusulas que impiden ejecutar o utilizar cierto tipo de software con el software privativo. En cambio, en el movimiento del software libre se pretende lo contrario: el usuario debe ser capaz de elegir utiliza el software que más le interese en cada momento, independientemente de si es o no software libre.
Licencia tecnológicamente neutral
La licencia no debe imponer el uso de una tecnología determinada, limitando las modificaciones que se puedan realizar sobre el software bajo la denominación open source. Se trata de permitir que cualquier tecnología tenga cabida, de manera que no se incline la balanza por una tecnología en particular.
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